by Gris Arveláez
La vida es un vasto océano. En él, las olas del estrés pueden crecer mucho y la incertidumbre arrastrarnos hacia las profundidades más frías y oscuras. Sin embargo, este caos se puede dirigir a buen destino a tiempo. En lo personal he encontrado un puerto seguro: integridad mental y espiritual. Y de ello te quiero hablar.
Tengo 43 años. He migrado y navegado tormentas emocionales. Y he aprendido que vivir plenamente es una danza delicada entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Se trata de cuidar tanto la salud mental como la integridad física.
En este artículo y/o capítulo de podcast, te comparto cómo lo hice y cómo puedo ayudarte.
Mi búsqueda de paz interior
La integridad mental no es un destino, sino un compromiso diario. Conocerme [y re-conocerme] en la depresión, me enseñó que cada día es una oportunidad de renacer.
Asimismo, he cultivado este pensamiento con ferocidad: no todo lo que la mente me dice es cierto, sobre todo si es negativo.
Si tienes pensamientos muy oscuros, y de manera recurrente, te recomiendo que te des la orden de no hacerles caso.
La meditación, remedio tan natural como reír
Así pues, en este camino de heroína, encontré en la meditación mi refugio. Un espacio en el cual puedo reconectar conmigo misma, permitiendo que las preocupaciones se disuelvan como nubes pasajeras.
Sí. Los problemas aparecen en mi mente discursiva como olas cuando medito. Sé que a ti te pasa y dices «lo mío no es meditar».
Ese es, justamente, el reto: no creerse tal falacia. Es falaz porque la capacidad que tenemos de meditar puede llegar a ser tan natural y sanadora como reír. Nomás que hay que cultivarla.
Meditación: ¿Qué hacer con el caos?
En mi caso decido esperar que la espuma de esas olas desaparezcan. Esperar significa tener paciencia. Al final, quedará siempre el agua para purificar todo pensamiento. Esta sabiduría la aprendí en mis cursos de budismo.
Se puede decir que en ese momento en que estamos en estado meditativo, habitamos un proceso de pensamiento en el cual el problema no desaparece. Pero, en cambio, hemos creado una nueva forma de verlo. Hemos reconfigurado una potente máquina: nuestro cerebro.
Así que, para el caos, el mejor remedio es el silencio que se obtiene tras el estado meditativo. Por ende, procuro momentos de silencio. Mismos que también cultivo a través del yoga.
Estas son herramientas cada vez más comunes porque funcionan. Pues con ellas cuido de mi salud mental y protejo mi integridad física, honrando mi bienestar integral.
El arte, por supuesto, también ha sido una de mis anclas más afiladas.
Espiritualidad: un faro en la oscuridad
Desde mi perspectiva budista, el amor es la fuerza que mueve el universo. De tal manera que todos tenemos ese potencial de budeidad.
Pero es un amor que no solo se extiende hacia los demás, sino también hacia mí misma. Aprender a amarme ha sido un viaje transformador, reconociendo que mi bienestar emocional y espiritual son inseparables de mi salud mental.
Te agrego un dato biográfico: que mi hijo viviera en otro país fue mi parteaguas. Fue la muestra del amor más consciente, y del desapego más puro y cristalino. Pero la prueba más dura que hasta ahora me ha puesto la vida.
Así pues, se le suma algo muy valioso, una energía regenerativa: el amor, inquebrantable y expansivo, trasciende todas las fronteras, recordándome que nuestra conexión es eterna.
Por lo que cuidar mi integridad física, mi arraigo a la vida y mi integridad emocional es esencial.
Arte: el lenguaje del alma
El arte ha sido mi voz cuando las palabras fallaban. De ahí que haya sido una multitasking en casi 20 años de carrera.
Crear me permite liberar emociones y experiencias, dándoles forma a través del dibujo o la escritura.
En este sentido, cuando mi mente está clara y mi espíritu en paz, florecen mi creatividad y mi felicidad.
Si eres artistas, seguro estás 100% de acuerdo conmigo.
Estrategias para cultivar la integridad mental
Meditación diaria
Me pongo intensa, ya sé. Pero créeme, unos minutos al día son suficientes para cuidar de tu salud mental.
En lo personal, este espacio sagrado dentro de mí me ayuda a escuchar mis pensamientos, a abrazar mis emociones y a nutrir mi integridad física y mental.
Yoga como práctica espiritual (o deporte)
Cada asana es una celebración de mi cuerpo, un recordatorio de que cuidar de mi. A través del yoga me encuentro teniendo pensamientos de este tipo “cuánto me amo”.
Es parte de mi espiritualidad. A través del yoga, aprendo a fluir con la vida, aceptando sus altibajos.
¿Disfrutas el yoga? También sirve otra disciplina deportiva, el chiste es moverse.
Conexión con la naturaleza
Caminar en la playa, o por senderos rodeados de árboles, me recuerda la belleza del mundo y me devuelve la paz. La naturaleza refleja nuestra propia transformación.
Por lo tanto, es capaz de recordarnos que somos los magos de nuestra vida. Y, por ende, los únicos en procurar nuestro bienestar más primigenio (e intrínseco).
Integridad mental, espiritualidad y artes
La integridad mental, espiritual y física son las alas que me impulsan hacia nuevas alturas. A pesar de los desafíos, he encontrado alegría en lo simple y en lo cotidiano.
Mi viaje no ha sido fácil. Empero, cada paso ha valido la pena.
No siempre he cuidado mi integridad mental. Sin embargo, tras cada caída, al haberme podido levantar (sola y muchas veces acompañada), he tomado cada vez más fuerza, arraigo y raíces cada vez más duras.
¿Y tú?
Si llegaste hasta aquí intuyo que es porque has sentido lo mismo. ¿Te gustaría contarme?
Te invito a acompañarme en este camino a través de nuestro podcast. Planeo escribir y leerte cosas cada tanto, para decirte que no estás solo o sola.
También planeo invitar a una red de amigos de luz que tienen demasiadas técnicas y anécdotas para cultivar la integridad mental.
Juntos exploraremos cómo el amor, la creatividad y la espiritualidad pueden guiarnos hacia una vida plena.
Recordemos siempre que somos los artistas de nuestra propia existencia y que cuidar nuestra salud mental e integridad física es parte fundamental de esa obra de arte que es tu propia vida.
Te mando luz, virtud y amor.,
Gris.
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